sábado, 2 de marzo de 2019

4 semanas sin tí...

Mi chiquitina del alma, hace 4 semanas que a esta hora ya dormías para siempre en mis brazos. Un día duro, momentos de un dolor indescriptible...pero aún faltaba lo peor. De camino al tanatorio la cuenta atrás era más que hiriente. Los minutos estaban contados para la despedida final. Mientras esperábamos en el coche no paraba de mirarte y tocarte: no me creía lo que estaba sucediendo. Dejarte en el carrito fue desgarrador pero tu cuerpo aún estaba aquí, conmigo. Te metieron dentro. Tan solo nos separaba un cristal: tu cuerpecito inerte tan cerquita de mí  como tan inalcanzable. Tu imagen dormidita me recordaba cuando tantísimas veces lo estabas en casa y me gustaba contemplarte tan quietecita, tan en paz, colmarte a besos, abrazarte. Y te gustaba tanto que permanecías inmóvil, quizá abriendo los ojitos cuando, años atrás dormías con ellos cerrados. La ceguera te hizo dejarlos abiertos mientras dormías. Y así se te quedaron cuando ya dormías para siempre.

La tristeza sigue acompañándome en mi día a día, de forma especial cuando estoy en casa. Sin tí, mi vida ya no será la misma; la casa, tampoco. Si, ya sé que sigues estando pero ahora en otra materia. Sin embargo, necesito verte, tocarte, abrazarte, cuidarte...

¡TE QUIERO MUCHO Y SIEMPRE ESTARÁS EN MI CORAZÓN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario